Los tres enemigos del amor
Las tres fuerzas más destructivas en las relaciones amorosas entre los hombres y las mujeres son: el seximo, el juego de salvación y los juegos de poder.
El sexismo, el mito relativo a la disparidad entre hombres y mujeres se justifica por la diferencia por ejemplo de los genitales, la fuerza bruta. Los guiones que se desprenden de estos roles impiden que los hombres y mujeres alcancen su plena potencialidad, intimidad y capacidad de colaborar entre si.
En el juego de salvación descubrimos que algo irresistible nos conduce a asumir una posición de superioridad o de inferioridad. Si en cualquier situación una persona hace algo que no quiere hacer respecto a otra, constituye una salvación. Otra forma de actuar de Salvadores es cuando, en una actividad conjunta, una persona pone más esfuerzo que otra.
El poder tiene la capacidad de obligar a las personas a hacer cosas y está distribuido de forma desigual, de modo que unas tienen más y otras menos. La persona que se pone a jugar, esta convencida de que no puede conseguirlo pidiėndolo (pág. 288)
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